viernes, 5 de febrero de 2010

Cargando mi cruz


La distancia apaciguó la crisis,
el torbellino de dudas se fue esfumando con tantos rezos.
Me ayudaste Jesús como siempre a salir de este atollaredo.
Bendito seas por llevarte tú hasta mis cruces más pesadas,
Por sanar mis pesares acariciando mis dolores.
Qué más puedo decirte mi adorado Nazareno que "Gracias".