Mi cajón, esa caja en la que reposarán mis plegarias
y en la que dormirán mis huesos.
Mi cajón, estará pintado de ángeles del cielo, de orquídeas y madreselvas,
de jazmines y azucenas. Será un paraíso verlo.
¿No es mucho pedir que pintes un cajón para mí?
Es que no quiero un cajón marrón y triste,
quiero una vasija llena de pájaros y flores
para que al verla sepas que estoy en el paraíso,
y que lo último que veas sean ángeles sonriendo.
Ángeles rosas, celestes y amarillos,
con guirnaldas en las manos y con palomas volando.
Ponle también muchas gaviotas, alondras y colibríes.
¡Sí!, ponle todos los pájaros que quieras,
porque yo soy como uno de ellos,
no tengo alas pero mi alma vuela a cada rato
y se pasa tocando estrellas.
Primero pensé que me entierres
en una caja de cristal, como la de Blanca nieves,
pero luego me dio miedo estar metida tan hondo en la tierra
viendo el fondo.
Es por eso que decidí, un cajón florido para mí.
No creas que es cosa de locos, ¿o sí?
Pero si el mundo es de los locos
que se animan a hacer cosas diferentes.
¿No fue Jesús acaso un loco de amor por nosotros,
que se dejó crucificar para salvarnos y marcarnos la senda a seguir?
Por eso es que hoy aún viva tengo derecho a pedirte
como quiero que sea el cajón donde duerman mis huesos.
Digo bien: mis huesos estarán ahí, en ese cajón durmiendo,
pero yo allí nunca estaré, me habré ido ni bien salida del cuerpo
a mi nueva casa del cielo, donde me esperan los pájaros
y los seres que tanto anhelo.
No tengas miedo de cumplir mi sueño: Entiérrame en un cajón
con dibujos y poesía. Deja tu firma impresa y ponle palabras de amor,
para que pueda sentir el calor de tus manos como soles abrigando.
Entiérrame en tu corazón ,para que florezca mañana con el rocío del alba
y nunca vuelva a morir…
Porque la muerte no existe…
Es sólo una fantasía.
jueves, 13 de agosto de 2009
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