jueves, 27 de agosto de 2009

Descansa

Recuesta tu cabeza entre mis manos
y deja que te peine suavemente
al ritmo de violines y trompetas.
Reposa en la almohada de mis brazos
y roza tu frente en mis nudillos
para que sueñes sin dormirte.
Relájate en el respaldo de mi cuerpo
y deja que acaricie tu sonrisa
para que sientas lo que me importas.
Renueva el ardor de tu mirada
en el dulce perfume de mi pelo
y piérdete por siempre
en la blancura de mi piel.

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