lunes, 6 de abril de 2009

¿A dónde van los hijos cuando mueren?


Dime Dios, a dónde van aquellos
inocentes que sin querer aun se
marchan de esta tierra,
aquellos seres que por accidente o
por una vuelta fatal de la vida dejan
el cuerpo que les diste?
¿A dónde los escondes, es que no
oyes el dolor de los que quedan
sin ellos?
¿Vienen acaso sólo
por un tiempo para expiar
pecados ajenos?
¿Son conejillos de indias que usas para enseñarnos
cosas que quieres que aprendamos?
¿A dónde van los niños y los
jóvenes que mueren a destiempo?
¿Están contigo o con los ángeles?
Enjugando desde el cielo
el llanto de sus padres que no entienden
el por qué de esta imprevista partida.
¿A dónde están Señor? ¿A dónde han ido?
Contéstame, necesito oír tu explicación.
Y si dices que si es por el bien
de los demás, de tantas otras
almas que precisas salvar.
Si dices… y es así,
lo entenderé y dejaré que los
tengas a tu cuidado.


Y estaré con el alma en paz
y enjugaré mi llanto pues
estos jóvenes te han servido
de cordero pascual, de ofrenda sagrada
para el bien de los demás.

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