lunes, 11 de enero de 2010

Insaciable


Otra vez muriéndome a fuego lento
en la incertidumbre de no saber que pasa,
que culpa tengo yo de todo esto
capaz no he sabido amarte como has querido
o es tan sólo que eres el insaciable de siempre
al que nunca puedo conformar no importa el empeño que ponga en ello.
Decídete que es lo que quieres,qué andas buscando
no entiendes que si no tienes a Dios adentro nada te saciará
serás un mero reptil que vaga por la vida como velero a merced del viento en una terrible tormenta.
Es preciso que entiendas que debes tocar fondo para poder crecer,debes caer al abismo del sucio fango y revolcarte el alma y cuando ya no puedas más pedirás al cielo auxilio y ¿ quién crees que te oirá?
Mi amado y dulce Señor.

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