miércoles, 9 de septiembre de 2009

La luna Blanca


Estaba la Luna Blanca
vestida de azul del mar
sentada sobre una rama
cual si fuera un zorzal.

Bella se la veía con su
traje de celofán.
En eso pasó una estrella
y queriéndola halagar,
arrojóle una burbuja
y una gota de azafrán.

La dama muy petitera
se sonrojó hasta la punta
misma del chal,
y con reverencia sincera
bajó sus ojos de almendra,
y volviéndolos a alzar.

Dijo con voz de sal:
“¡Qué hermoso es sentirse reina
en este cielo del mar! “

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