miércoles, 25 de marzo de 2009

Seguimos caminando en la llovizna


Nuestros pies recorrieron la playa
Juntando caracolas y conchillas.
Nuestros labios se contaban
secretos de familia, esperanzas compartidas.
Nuestras almas volaron juntas hacia las nubes
recogiendo ilusiones para guardarlas en nuestras mallas.
Nuestros oídos escuchaban el sonido del oleaje
rompiéndose en la arena.
En eso, la llovizna empezó a mojar
nuestra mañana de caminata.
Y sonreímos, no corrimos.
Nos dejamos bautizar por su suave frescura
Y dejando nuestros pasos en la playa,
seguimos caminando, hermana…

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